Antes que nada, es importante que al final de cada día, limpies tu rostro con abundante agua, preferiblemente fría para evitar la flacidez. Debes darle fin así a tantas horas de polvo, maquillaje y suciedad en la piel. ¡Esta debe oxigenarse 24/7!
Luego de esta limpieza nocturna básica, te recomendamos aplicar una loción para el cutis. Es así como los tejidos de la piel van a repararse mientras duermes. Ya al siguiente día, al levantarte, es imprescindible volver a limpiar el rostro para que, de esta forma, retires las toxinas y grasas que se produjeron al dormir. En esta ocasión, dependiendo el tipo de piel, puedes aplicar un poco de jabón especial que cuide de tus necesidades dérmicas.
Si vas a salir de casa, o vas a pasar mucho tiempo frente a pantallas luminosas como las del computador, el celular, el televisor, lo mejor que puedes hacer para proteger tu piel, es luego de una ducha, aplicar una buena capa de protector solar.